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Monday, April 16, 2007

Leyendo noticias de ciencia

Es todo una cuestión de fiabilidad. ¿Daremos crédito a esa noticia donde se comenta que las abejas están desapareciendo y que se debe a las radiaciones de la telefonía móvil? La respuesta es que no podemos asignar un valor verdadero/falso a todo pero, a pesar de ese problema, hay algunas pruebas simples para valorar si lo que estamos leyendo es una tontería, una exageración o algo con visos de realidad.
En zenSCI.com nos dan 5 normas a este respecto. En Ciencia y Lejos nos las traducen y comentan además de ponernos ejemplos. Pienso que las cinco normas ahí presentadas son algo heterogéneas pero válidas. Tal vez la última es tal vez pedir demasiado al lector porque obliga a reevaluar el contenido del artículo, cosa probablemente excesiva.
Animado por esas normas me atrevo a aportar las mías que sólo se solapan parcialmente con las anteriores y que creo son más fáciles de aplicar.
  1. Usar el sentido común. Leer con un antivirus y un cortafuegos en los ojos es sano. Todos sabemos que un mentiroso sabe escribir pero solemos ser benévolos con lo escrito, aunque pueda estarlo por un mentiroso. El sentido común se beneficia mucho del conocimiento general.
  2. Descartar directamente la noticia si no se aportan fuentes verificables. Las noticias falsas jamás citan fuentes concretas sino que, todo lo más, usan expresiones como "los científicos de la NASA", "el CSIC dice que...", "un informe de la FAO...". Yo empiezo a fiarme cuando los autores tienen nombre y pueden localizarse en una institución real.
  3. Poner en cuarentena las noticias cuyas fuentes son suplementos de periódicos, revistas amarillistas o páginas web de pelaje dudoso. Hay gente que cree que lo que publican en Discovery Salud tiene, en principio, un valor equivalente a lo publicado en The Lancet. Bueno, pues no. Y si usted es de los que lo cree mejor cambie de página porque aquí se sentirá incómodo y yo no voy a perder el tiempo discutiéndolo.
  4. Descartar directamente las noticias que implican que la física conocida es radicalmente errónea. Por ejemplo, los monjes tibetanos no levitan, el coche con motor eterno que no consume energía no existe, la telequinesia no funciona, los viajes astrales existen pero sólo en un estado de 6 grados o más en la escala Drinker...
  5. Descartar directamente las noticias que implican conspiraciones mundiales, grupos secretos, herederos de templarios, cabalistas o hijos del Espíritu Santo. He probado que las conspiraciones son imposibles.
  6. Poner en cuarentena las noticias que: a) suponen soluciones rápidas y completas de viejos problemas; b) van acompañadas de una FIS (foto del investigador sonriente) o de expresiones como "autor de docenas de libros" con la foto del investigador en la solapa; c) comienzan con ¿estaba Einstein equivocado? o varisntes de "tomar 3 martinis al día ayuda a prevenor la gota, según la universidad de Mongolongo".
Y recordemos que el 99.9% de la ciencia no se divulga, bien porque es realmente difícil, bien porque no es sexy ni vende portadas.

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