Una de las cosas poco conocidas del asunto es que, entre los famosos objetos que han sido fotografiados y admirados tantas veces, aparecieron otros algo más siniestros. Howard Carter nos lo cuenta en directo en su libro "The tomb of Tutankhamen" publicado en tres partes entre 1923 y 1933:
Aún más extraordinario era el contenido de dos minúsculos féretros antropomorfos que estaban en una caja de madera con la cabeza de uno junto a los pies del otro. Habían sido labrados como los de altos personajes de la corte. Estaban cubiertos con resina negra y adornados con bandas de fórmulas mágicas doradas sobre las deidades tutelares de los muertos pero dedicadas tan solo a un "Osiris" (o sea, el muerto) pero sin ningún otro nombre. En cada féretro había otro menor dorado. En el primero había una pequeña momia dispuesta de acuerdo con el ritual funerario de la Dinastía XVIII. Los vendajes descubrieron la momia de un niño muerto al nacer muy bien conservada. En el segundo había una momia algo mayor de un niño prematuro, también envuelta según las costumbres de la época.
Estos patéticos restos nos dan mucho que pensar. Es casi seguro que eran hijos de Tutankhamon y, aunque no tengamos pruebas de ello, también de Ankhesenamon, la joven reina.
Las momias de estos dos niños nonatos estaban situadas en una cámara auxiliar y mezcladas con muebles y elementos de lo que Carter llamó "ajuar". Uno de los fetos parece de unos cinco meses y el otro, bastante mayor, de siete o más, tal vez incluso nueve. Estas momias se han conservado en la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo desde 1922. Abajo tenemos una foto de Harry Burton, el fotógrafo que documentó día a día el proceso de avance en la tumba. Puede observarse el desorden de la cámara, algo que se repite en toda la tumba.
Los dos féretros (caja de la derecha) tal como aparecieron en la cámara del ajuar.
La no-noticia que os comento hoy surgió en una conferencia de Robert Connolly, profesor de Antropología Fïsica de la Universidad de Liverpool. El 1 de septiembre pasado, Connolly dijo en un Congreso de Farmacia y Medicina en el Antiguo Egipto, celebrado en la Universidad de Manchester, lo siguiente:
Estudié la mayor de las momias en 1979, determinando su grupo sanguíneo, y comparando éste con el de Tutankahmon, estudiado en 1969. Los resultados confirman que este feto puede ser realmente el hijo de Tutankhamon. Hoy creo que ambos fetos son gemelos y que son sus hijos. El estudio de ADN que se realizará próximamente en Egipto será una pieza clave en esta cuestión.
Por si quieren ir a la fuente original ésta es la nota de prensa de la Universidad de Manchester.
La cosa no tendría mayor interés sino fuera porque la no-noticia ha sido repetida una y otra vez por los medios y los blogs, sin el más mínimo intento de análisis. Algunos de ellos (incluso españoles, no voy a mencionarlos) titulan directamente "Tutankhamon tuvo gemelos".
¿Por qué insisto llamar no-noticia a esto? Pues por eso, porque no es ninguna noticia ni es ningún hallazgo. Connolly se limita a sugerir que los grupos sanguíneos de uno de los niños y del faraón son los mismos o al menos compatibles. Algo así había hecho en sus primeros análisis para investigar las posibles relaciones familiares entre Tutankhamon, Amenhotep III, Akhenaton y otros. Los resultados no fueron concluyentes. Las muestras eran indirectas (parientes de Amenhotep y de su esposa Kiya) y la genealogía que se planteaba como hipótesis era posible pero no la única opción. Sospecho que en este nuevo caso ocurre lo mismo.
Rebuscando por la red he encontrado que los análisis de Tutankhamon concluyeron en su momento que su grupo sanguíneo era A2. Connolly ni siquera es explícito respecto al grupo del feto con lo que empiezo a pensar que hay gato encerrado (soy así, qué le vamos a hacer). En cualquier caso, la coincidencia de grupos no prueba ni siquiera que sean parientes. Es la típica prueba que sólo valdría para descartar la relación pero no para confirmarla. Parece lógico que, como escribía Carter, haya una relación de parentesco, pero esa suposición está propuesta desde 1922.
Luego queda el otro feto, que no parece haber sido analizado por Connolly, lo cual no le impide aventurar su "creencia" en que son gemelos e hijos de Tut. Dado que el análisis de ADN no está realizado aún todo este montaje parece una frivolidad ¿qué problema había en esperar a esos resultados que serían realmente definitivos? ¿Por qué resucitar unos datos de hace más de 30 años y que no confirman ni refutan nada?
¿Es creíble que ambos fetos sean gemelos? No soy un entendido en estas cosas (ni en las otras, vale) pero hay un problema serio para aceptar que eso sea verosímil: ambos están en diferentes estados desarrollo. La única posibilidad es que el primero fuera abortado a los cinco meses de gestación aproximadamente y el segundo no se viera afectado en ese momento. Luego se produciría un segundo aborto a partir de los siete meses. Sospecho que eso es improbable pero quedo a la espera de que alguien entendido en el tema nos ilustre con datos. ¿Es Tutankhamon el padre de alguno o de ambos? Habrá que esperar al análisis de ADN. Mientras tanto sólo se trata de una elucubración innecesaria e inoportuna.
Sobre este faraón de hace 3300 años ya se había realizado estudios a montones, incluyendo tomografías computerizadas en el año 2005. Ahora les toca a las pequeñas momias que serán también escaneadas por los equipos de Ashraf Selim y Yehia Zakaria mientras su ADN se analiza. En ese momento sí llegarán respuestas.
Nota: la referencia al único artículo publicado en una revista con factor de impacto por Connolly sobre este asunto es:
R. G. Harrison, R. C. Connolly, Soheir Ahmed, A. B. Abdalla and M. El Ghawaby, 1979, A mummified foetus from the tomb of Tutankhamun, Antiquity, 53(207): 19–21.
Lamentablemente no es posible acceder ni siquiera al resumen del trabajo y si quieres leer el artículo (de tres páginas) pretenden que les pagues 15 libras.
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