En enero de 2006 escribí un post sobre la universidad desasosegada que tuvo alguna secuela. Y aunque no me apetece nada hablar de políticas educativas, luego perpetran la normativa y te azuzan...
Y es que hoy ha salido por fin el "Real Decreto por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales". Apenas me ha dado tiempo a leerlo en diagonal y ya me apetece contarles algún detalle. Hoy sólo va a ser uno, que ya se adelantaba en los posts que antes les mencioné. Se resume en que es posible realizar un Grado y un Máster en la Universidad española sin tener el más mínimo contacto con la investigación.
Esta nueva orientación de lo que va a ser la Universidad queda muy clara en los dos artículos que definen los fines de ambas etapas:
Artículo 9. Enseñanzas de Grado
1. Las enseñanzas de Grado tienen como finalidad la obtención por parte del estudiante de una formación general, en una o varias disciplinas, orientada a la preparación para el ejercicio de actividades de carácter profesional.Artículo 10. Enseñanzas de Máster
1. Las enseñanzas de Máster tienen como finalidad la adquisición por el estudiante de una formación avanzada, de carácter especializado o multidisciplinar, orientada a la especialización académica o profesional, o bien a promover la iniciación en tareas investigadoras.
Recordemos que los grados serán de cuatro años y los másteres entre uno y dos.
El Decreto contiene algunas cosas sorprendentes y lo comentaré con más tranquilidad pero tenía necesidad de ofrecerles esta avanzadilla sobre sus intenciones generales.
Finalizo con unos fragmentos extraídos de este manifiesto demoledor e imprescindible titulado ¿Qué educación europea?:
Nos preocupa que, con el argumento de que la universidad debe atender a las demandas sociales, se haga una interpretación claramente reduccionista de qué sea la sociedad, y en realidad se ponga a la universidad al exclusivo servicio de la empresas y se atienda únicamente a la formación de los profesionales solicitados por éstas.
Nos preocupa que de manera expresa se menosprecien otro tipo de demandas sociales de no menor importancia, desligadas de intereses mercantiles y directamente relacionadas con objetivos perseguidos por una parte del alumnado universitario como son la adquisición de una sólida formación teórica en una determinada especialidad científica o humanística, o el cultivo de muy diversas artes y saberes, todo lo cual constituye una parte del patrimonio cultural europeo digno de ser preservado y transmitido.
Nos preocupa que ciertos “expertos” en educación universitaria hayan convenido que la adaptación de los estudiantes al mercado de trabajo sea la única finalidad de la formación universitaria y deba traducirse en la adquisición de “habilidades, destrezas y competencias”, lo que de hecho supone un vaciamiento de contenidos enmascarado en un nuevo lenguaje de origen extra-académico.
Los interesados en esta maniobra deberían ojear el topoblog Un nombre al azar y muy especialmente el post Sombras de la reforma universitaria.
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