Hace más de un año toqué este mismo tema pero tan vez de forma demasiado prolija. Les traigo un
remake breve pero (espero) intenso para que esa tesis doctoral tenga un planteamiento adecuado, un nudo no traumático y un desenlace feliz. No hay misterios pero sí algunas normas simples que hacen bueno el refrán: más vale prevenir que lamentar. A ello:
- Empieza por elegir bien a tu director de tesis. Sí, elígelo tú, adelántate. Es una decisión importante porque un director que no ejerza de tal, en el mejor de los casos no te ayudará, y en el peor hará que la tesis fracase. La acción profiláctica es vital porque además hay doctores que se prestan a ser directores pero luego no ejercen, bien por falta de tiempo, de dedicación o por simple incompetencia. ¿Cómo distinguir un buen director de un director “virtual”? Pues enterándose:
- investiga las circunstancias del "candidato". Comprueba cuantas tesis está dirigiendo y mira que no sea ni ninguna ni muchas. Si aparece una docena lo más recomendable es una retirada a tiempo porque no cabe posibilidad alguna de atender a esa cantidad de tesis simultáneamente: esos doctorandos estarán abandonados a su suerte y quien los acompañe estará en idéntica condición.
- asegúrate de cuantas tesis dirigidas por el candidato a director han sido defendidas con éxito en los últimos años. Ese dato nos dará una idea de nuestra expectativa de éxito ya que los pupilos de los directores virtuales rara vez acaban.
- comprueba que tu candidato sea realmente un investigador y capaz de dirigir la investigación de otras personas. Mira qué publicaciones tiene y confirma que sabe lo que se trae entre manos, si trabaja en equipo y cual es la productividad científica de su grupo de trabajo.
- habla con los otros doctorandos, pregúntales cómo van, qué problemas tienen, cuánto tiempo llevan en ello y qué tal es su director. Habrá gente discreta que no dirá gran cosa pero a poco observador que seas notarás si hay problemas.
- si el candidato supera los pasos anteriores habla con él y confirma que el trato es bueno y que es y está normalmente accesible. El director de tesis puede ser cualquier doctor, aunque resida en otro país. Sin embargo, no recomiendo elegir un director con el que no puedan hacerse reuniones, como mínimo, mensuales. En mi experiencia, la dirección de tesis “a distancia” no funciona.
- Elige bien tu tema. Bueno, aquí me temo que no te toca a tí. Defiendo que son los directores los que deben decidir el tema de tesis de sus doctorandos ofreciendo tres o cuatro opciones. Esto parece una conducta dictatorial pero tiene una justificación práctica: todo investigador normal tiene una o dos líneas de investigación sobre las que está al día en bibliografía y conocimientos, así como de los problemas pendientes que pueden ser objeto de tesis. De esta forma, tendrás garantizadas varias cosas: que el problema planteado es real y está pendiente de solución (es un buen tema, en consecuencia), que el director tiene experiencia y conoce el asunto (y por lo tanto podrá asesorarte con solvencia) y, finalmente, que tendrá ya recopilada la bibliografía básica. Lo ideal sería que las nuevas tesis se apoyaran en las ya finalizadas avanzando poco a poco en una línea de investigación coherente. Si cada doctorando planteara su tema preferido, el director debería dirigir, asesorar y solucionar problemas de temas sin relación entre sí y que, además no tendrían relación con sus propias líneas: lo haría mal.
- Define el camino. Las tesis en las que no se sabe muy bien qué hay que hacer no se finalizarán. Frecuentemente no sobrevivirán más de unos meses por pura desorientación y desánimo. Para comenzar con buen pie, el problema a solucionar debe estar completamente claro y una forma de conseguirlo es empezar elaborando el índice. Definido el tema y título de la tesis, el director y el doctorando deberán reunirse y de esa reunión debe salir un índice preliminar de la tesis. Este índice debe especificar el flujo de trabajo en la medida de lo posible para que actúe de guía. Es seguro que el índice cambiará en cierta medida pero será una referencia valiosa para comenzar. En esta etapa, el director proporcionará la bibliografía fundamental que debes leer. No será una bibliografía exhaustiva, que sólo valdría para confundir, sino unos pocos trabajos bien elegidos que servirán para comprender y acotar bien el problema que la tesis debe resolver. El resto de la lectura vendrá en una etapa más avanzada.
- Mide tu esfuerzo. Las tesis no deben ser eternas y que sus objetivos deben ser alcanzables en un plazo razonable y sin alta probabilidad de contratiempos serios. Hay proyectos de tesis donde se propone resolver media docena de problemas, cada uno de los cuales podría ser objeto de una tesis por sí mismo. Esto es típico de una mala planificación y debe evitarse. ¿Qué es un plazo razonable? Pues no más de tres años (la realidad suele encargarse de alargar ese tiempo). No te plantees nada para lo que sea necesario tener datos, instrumentos o métodos que no sean fáciles de obtener aunque sería mucho mejor tenerlos ya al principio. Por supuesto, la extensión de la tesis (medida en número de páginas) es irrelevante pero asegúrate de que eso lo entiende tu director. Lo que importa es que aportemos algo original al conocimiento, y eso no es función de la extensión del documento. Ya hay muchas tesis de menos de cien páginas, mientras que otras son volumétricamente infumables. Por poner un ejemplo conocido, la tesis de John Nash (el matemático protagonista de la película “Una mente maravillosa”) se presentó en la Universidad de Princeton en 1950 y tenía 27 páginas.
- Márcate un ritmo y un calendario. Sí, el trabajo debe ser intenso: la expresión “voy a empezar la tesis pero la voy a hacer con calma, porque no tengo prisa” significa en el 99% de los casos que esa tesis no se acabará (incluso no se empezará). La realización de una tesis se beneficia de un ambiente especial de intensidad, no de relajación. Una cuestión más a tener en cuenta: cuando el director de la tesis nos asigna un tema estamos aceptando una responsabilidad porque, a partir de ese momento, ese tema ya no puede dárselo a otras personas. Si no trabajamos en la tesis estamos actuando irresponsablemente y perjudicando al director y a otros posibles doctorandos.
- si es posible, los datos deben estar disponibles desde el principio. Existe una ingente cantidad de datos ya recogidos y disponibles por lo que si somos capaces de planificar una tesis que los use tendremos mucho camino avanzado. Si nuestra tesis necesita una toma de datos específica, esta no debe suponer más del 15-20% del tiempo total.
- la bibliografía debe estar a nuestro alcance no sólo por tener acceso a ella sino por saber leerla: mal asunto plantearse una tesis sobre Kant y no saber alemán, o una tesis de ciencias (cualquiera) y no saber inglés.
- seamos ordenados y usemos aplicaciones adecuadas para la gestión de la tesis; por ejemplo, la bibliografía debe estar integrada en una base de datos. Programas como EndNote son extraordinariamente útiles para gestionar las referencias en el texto de la tesis. Otros, como SigmaPlot, nos permitirán realizar gráficos de buena calidad. Los procesadores de textos del MS Office o de OpenOffice.org tienen características que si se utilizan nos ahorrarán mucho tiempo y prevendrán errores: referencias cruzadas, uso de estilos, inserción automática de tablas de contenidos...
- no elijamos un tema de tesis que dependa totalmente de resultados que se obtendrán en una etapa tardía de la elaboración. Si esa etapa fracasa habremos perdido una enorme cantidad de tiempo.
- se supone que debemos conocer la totalidad de la bibliografía relevante de nuestro tema de tesis, no sólo unas cuantas referencias. Al llegar el momento de la defensa pública, el doctorando debe ser el que más sabe del tema tratado y no puede correr el riesgo de haber ignorado trabajos relevantes por desidia o una mala búsqueda documental. Por cierto: hay que revisar y conocer las publicaciones de los integrantes del tribunal. Si son buenas, deberían aparecer en las referencias de la tesis. Si son malas, esa persona no debería estar en el tribunal.
- respecto a los tribunales, la norma básica es prevenir y evitar problemas innecesarios. Nuestro director de la tesis deberá evitar proponer a personas conflictivas, desequilibradas o con tendencia a intentar ser la novia en la boda y el muerto en el entierro. Estar en un tribunal da a sus miembros un poder temporal importante y hay gente que cae con facilidad en el efecto dibu.
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