Hay algunos blogs que se atreven a poner los días que llevan sin conocer a nadie con poderes paranormales (véase el pionero, Ciencia en el XXI). Bueno, pues se acabó, hoy salgo del armario y les confieso que los tengo. Poderes paranormales digo. Y además no son los habituales en los gurús del ramo sino algo muy especial de los que nadie ha hecho ostentación hasta el momento. Destacan estos tres:
- soy postcognosciente, es decir, poseo el don de la postcognición. Esta es un poder paraanormal que me permite explicar lo inevitable y previsible que era que pasara algo. Eso sí, es condición necesaria que ya haya pasado, nunca antes porque entonces sería cosa de mis rivales, los de la precognición y con esos no me hablo. La postcognición, a pesar de que nadie admite tenerla, no es una capacidad infrecuente. La tienen, por ejemplo, muchos economistas, que explican las subidas y bajadas de bolsa y los vaivenes de la economía con perfecta solvencia pero sólo al día siguiente de que ocurran. Yo soy más atrevido y les comentaré que supe en su momento que el Mayo Francés no podía tener éxito. Es era lógico porque tras la catarsis de la manifestación, de la asamblea o del discurso de Sartre tenías que volver a casa a lavar la ropa y hacer la cena y eso, por prosaico, no hay revolución que lo resista. Se que una explicación cutre de cojones pero no peor que la de cualquier "desaceleración" económica o "ajuste a la baja" de las previsiones de crecimiento. Lástima que cuando el Mayo francés yo casi no existiera, sino les habría avisado en junio o julio.
- soy antividente, predigo acontecimientos que jamás pasarán y lo hago con el 100% de seguridad. Para que se convenzan voy a mojarme y predecir que mañana, domingo, vendrá el fin del mundo. Muchos videntes y profetas lo han vaticinado y han fallado. Yo la antipredigo y les aseguro que no fallaré. Es más, será sobre las 9 horas TMG aproximadamente. Lamento avisarles con tan poco tiempo pero si no lo digo muchos de ustedes estarían dormidos y no se enterarían de la no-llegada del apocalipsis. Por cierto, que otros lo ponen dentro de 4 años, cuando no se qué cálculos cabalístico-chiripitifláuticos de los mayas. Pues yo también antipredigo esa fecha (haciendo amigos, ya ven).
- soy contralevitante: los monjes budistas, en condiciones adecuadas de concentración de alcaloides, se levantan del suelo venciendo la gravedad. Bueno, pues yo hago exactamente lo contrario: en ciertas circunstancias, cuando me concentro intensamente, mi masa sube. Puede medirse, puedo darles datos, acepto someterme a experimentación. Eso sí, la experiencia debe hacerse obligatoriamente en condiciones adecuadas y estrictamente controladas. Son buenas, por ejemplo, delante de una fabada y su compango (chorizo, morcilla, lacón y tocino). Todo ello sin necesidad de penumbras, túnicas azafrán, ooooohms, ni nada semejante. Y de postre, por favor, arroz con leche).
- finalmente quiero negar un infundio: algunos dicen que soy nulitelépata, o sea, que no sólo no consigo transmitir mi pensamiento a media neurona de distancia sino que ni siquiera cuando hablo se me entiende algo. Pero estos comentarios son sólo producto de la envidia, no se los crean.
Datos complementarios ya casi perdidos en el tiempo:
- de monjes budistas y astrólogos: Plutón y el monje budista ruso que fuma (o de donde se deduce que la meditación no da necesariamente la sabiduria)
- de otras habilidades: Telekinesia y telepatía, el experimento (donde demuestro que los telépatas no son telekinésicos, o sí).
- de caras duras cual hormigón armado: Marlo Morgan ilumina mi espíritu, además de Paulo Coelho, Richard Bach y demás parientes.
Disfruten intensamente de mi antipredicción para el fin de semana.
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