Spencer Wells es el director del Genographic Project, un proyecto con un objetivo espectacular: reconstruir el gran viaje que llevó a nuestros antepasados desde África al resto del mundo en los últimos 60000 años.
El GP, financiado por la NGS, IBM y la Waitt Family Foundation, pretende descifrar tiempo y espacio de la dispersión de nuestros ancestros por el mundo. Un viaje épico del que no quedan recuerdos ni leyendas ya que comenzó hace demasiado tiempo.
Hace 60000 años los antepasados de todos nosotros salieron de África en una diáspora que les llevó a colonizar el mundo. No quedan recuerdos ni leyendas pero sí datos en nuestros cromosomas.
Según Wells, en aquellos momentos la población humana en África apenas llegaba a los 2000 individuos, al borde de la extinción. Este fue el origen de la diáspora que dispersó a nuestro lejanos abuelos por todo el mundo. Los motivos se desconocen aunque probablemente sean tan simples como ir detrás de los animales impulsados por las cambiantes condiciones climáticas: sequías, glaciaciones... La primera etapa fue el actual Oriente Medio para luego tomar dos rutas distiantas, un grupo siguió la costa asiática llegando a Australia mientras el otro se internó hacia el Asia central.
El GP data el paso del estrecho de Bering hace 13000 años por parte un grupo de Siberia. De ese grupo estiman que sobrevivieron muy pocos, apenas media docena, que luego dieron origen a todos los nativos americanos. Otras metas se alcanzaron antes: China hace 35000 años, Europa hace 30000. Aquí se encontraron con los neandertales de los cuales no se ha encontrado traza alguna en nuestro genoma como ya comentamos en este blog.
Para llegar a estos resultados se ha analizado parte del ADN de unos cientos de miles de personas de todo el mundo. Por un lado se examina el cromosoma Y, de herencia exclusivamente masculina, y por otro el ADN mitocondrial, que proviene sólo de la madre. Estas dos "parcelas" de ADN no se recombinan y sus alteraciones se deben exclusivamente a mutaciones. La aparición de una nueva diferencia entre individuos pueden ser identificada e interpretada como un hito o marca temporal. El conjunto de todas ellas permite reconstruir un árbol genético global y reconstruir la mayor aventura de nuestra historia.
Hasta el momento, las muestras de sangre de unas 250000 personas han sido procesadas en los centros regionales París, Johannesburgo, Adelaida, Beirut, Belo Horizonte...) y luego incluidos en una base de datos común. Para los hombres se analiza el DNA del cromosoma Y en busca de los orígenes de la línea parental masculina. Para las mujeres se analiza el ADN mitocondrial para rastrear la línea matriarcal. Nuestro origen se ha rastreado hasta hace 200000 años, cuando todos vivíamos en África.
Los resultados actuales pueden verse en el Atlas of the Human Journey (Flash).
El proyecto es urgente porque en nuestro mundo actual el antiguo aislamiento genético ya no existe. En pocas décadas, siglos como mucho, nuestros genes se habrán remezclado de tal forma que los marcadores se habrán diluido. Eso no es ni bueno ni malo, sólo una etapa más en nuestra historia, pero la información debe recogerse ahora para que la memoria de nuestro gran viaje no se pierda para siempre.
Nota: aunque no es gratis (hay que comprar un kit para enviar la muestra) estamos invitados a enviar nuestro ADN y a obtener nuestro viaje particular hacia el pasado. ¿De verdad somos parientes de estos?
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